La montaña de Sant Miquel d’Olèrdola al lado de Vilafranca del Penedés, es un lugar privilegiado para observar, guardar y controlar las tierras de la comarca del Penedés.
Por este motivo, ya en época prehistórica se inicia la ocupación humana en el cerro de Sant Miquel (una elevación de 300 metros que se enfila por encima los otros cerros del mazizo del Garraf).
Los íberos, los romanos y los pobladores del medievo han dejado su huella en el que hoy podemos considerar un conjunto monumental de los más importante de nuestra tierra y que gestiona el Museu d’ Arqueologia de Catalunya.
Fuera del recinto amurallado, en el Pla dels Albats, estan los restos medievales de la iglesia de Santa María, las de un pequeño poblado y también las de una necrópolis de tumbes antromórficas. Estas dos importantes necrópolis (por la cantidad de tumbas descubiertas) son uno de los rasgos más característicos del conjunto de Sant Miquel d’Olerdòla .