El pequeño pueblo de Castellbò (en el Alt Urgell) tuvo un esplendoroso pasado medieval. Antes del año 1000, una pequeña fortificación llamada Castell.lleó, fué erigida sobre un cerro escarpado controlando el espacio donde se juntan cuatro riachuelos. Lugar de paso obligado por los antiguos caminos que unían el valle del Segre con las tierras del Urgell y el Pallars, una vía estratégica.
En la Edad Media esta fortificación fue el origen del castillo y del poblamiento de Castellbó. El siglo XVI era una villa amuralla, con dos torres y el rey Fernando hizo destruir el castillo y tirar las murallas el 1513, en les sus batallas contra el conde del Pallars. Hoy todavía se conserva algún fragmento del muro y una torre de la muralla que podemos veu
La pequeña población fue el centro del Vizcondado de Castellbó, con dominio sobre un extenso territorio. A partir del 1126 este territorio feudo del Conde de Barcelona, pasó a ser considerado sede de un vizcondado con Ramon de Castellbó como primer vizconde y que tuvo como personajes importantes, entre otros, a Roger Bernat II de Foix que se casó con Ermessenda, la vizcondesa de Castellbó.
Durante los siglos XII i XIII acogió una de las comunidades cátaras más numerosas de Catalunya y fue lugar de refugio de los cátaros que huían de la persecución en las tierras occitanas del Llenguadoc. Por su soporte a “la herejía” fue “marcado” por la Inquisición. El año 1237 los inquisidores entraron en el pueblo, considerado uno de los principales focos de herejía en tierras catalanas , encarcelando a más de cincuenta vecinos del pueblo y quemando en la hoguera una quincena, actuando con el apoyo y beneplácito del Obispo de Urgell.
Un paseo por el pueblo actual nos lleva a la antigua colegiata de Santa Maria, lugar dónde van a parar las calles, estrechas, tortuosas y con mucha pendiente. La visión des del cementerio impacta por les proporciones. El puente medieval permitía a los habitantes la conexión entre los dos arrabales de la villa, y tiene una mirada más que interesante.